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¿Te has fijado alguna vez en las anillas impresas en los laterales de las latas de conserva? Su función no es decorativa, ni están ahí por casualidad. Al igual que ocurre con los agujeros de la anilla de los refrescos en lata, que sirven para colocar la pajita; o con el cuello de los botellines de cerveza, cuyo fin es servir de agarre para poderlos beber cómodamente; estos círculos que rodean las conservas tienen un objetivo, y guarda relación con las propiedades mecánicas del envase.
Las latas se someten a un tratamiento térmico que hace que se dilate su contenido y aumente la presión del recipiente. Es por eso que se utilizan materiales que puedan resistirlo, pero no es suficiente: hace falta que la forma del envase ayude a que este no se rompa, eliminando las diferencias de presión. Lo cuenta el ingeniero de alimentos Tomas Gill en su blog Curiosidad Alimentaria.
El experto asegura que uno de los momentos críticos en los que la lata requiere de la ayuda de estos círculos es lo que se conoce como proceso de esterilización, en el que se busca destruir a los microorganismos. "Expone a las latas a condiciones que las pueden llevar al colapso, por eso deben presentar las condiciones mecánicas adecuadas para no ser afectadas, además de controlar los parámetros propios del proceso".
Fecha de caducidad en una lata de conserva
Como explicábamos, en este momento aumenta la presión y el envase la compensa gracias al acordonado de las latas. "Los anillos del cuerpo se expanden y comprimen, absorbiendo estas diferencias de presión y evitando el colapso o chupado", aclara.
¿Pero qué ocurre con la tapa y la base? Asimismo, cuentan con unos anillos para aguantar la deformación provocada por el proceso de esterilización. "Al estar sometidos a alta presión, estos anillos se curvan hacia el exterior y al bajar nuevamente la presión vuelven a su posición original", afirma el autor del blog.
Por tanto, estos anillos que se encuentran en el cuerpo, la tapa y la base de las latas sirven para darles solidez y que así puedan aguantar las presiones del tratamiento térmico. También para que no se dañen durante el transporte y el almacenamiento.
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