Portada » Críticas de discos » Crítica: Muse - Will Of The People
Después de nueve discos y más de dos décadas juntos, hallar la sorpresa en el rostro de tus seguidores se convierte en una labor del todo compleja para una banda veterana (y un acto de fe ante el que solo con llamaradas sobre el escenario se puede llegar). Una remesa de anodinos singles corroboraban lo que muchos se temían y se preguntaban: ¿quién necesita un nuevo disco de Muse en pleno 2022? Pues bien, tal vez sea el efecto reverso de tener al público tan en contra desde su primer adelanto, pero para sorpresa de los aquí firmantes Will Of The People (Warner, 2022) no es tan catastrófico como a priori pueda parecer. En su desarrollo vemos cierta tranquilidad, reflejada a través de pasajes en los que el trío británico se gusta, exhibiendo la actitud del que ha venido a divertirse, sin presiones ni necesidad de impresionar a nadie. Los miembros de Muse saben que no van a volver a firmar un Showbiz (1999), un Origin of Symmetry (2001), o un Black Holes and Revelations (2006) (ni siquiera un The Resistance (2009)), por ello se pueden permitir el particular lujo de experimentar dentro de unas lindes conocidas y entregarnos un LP tan particularmente disperso y singular como el presente.
Will Of The People recala, para empezar, en un discurso un tanto visto y populista, como es esa inquina global tras la temporada tan angosta y tensa que nos ha tocado vivir (haciendo especial hincapié en actos de nuestra política reciente como el malestar generalizado tras la aplicación del Brexit, los desmadres presidenciales sucedidos en el número 10 de Downing Street o las deleznables controversias vividas en la Casa Blanca durante la edad Trump). Con una temática tan incendiaria como ésta, en la que abogan por meter el dedo en la llaga y empatizar con el ciudadano medio que se encuentra frustrado, cansado y apático ("We're at death's door, another world war. Wildfires and earthquakes I foresaw. A life in crisis, a deadly virus, tsunamis of hate are gonna find us" canta Bellamy en We Are Fucking Fucked) consiguen que hasta el oyente más reacio se sienta identificado con ese portentoso anhelo de dar un golpe sobre la mesa al grito de basta.
Los recursos empleados para este afán tan Orwelliano de congregar el mayor número posible de voces airadas y enfurecidas son, contra todo pronóstico, una suerte de influencias variadas, no del todo cohesionadas entre sí, pero que sí que logran ese particular propósito de generar himnos de estadio y arengas populares de fácil enganche. No hay más que abrir la lata de los reclamos con esa pista homónima (cuyo estribillo, efectivamente, nos recordará exageradamente al Beautiful People de Marilyn Manson), empleada como acto de apertura del álbum y como herramienta de pre-calentamiento para un público ávido y deseoso por desatar su energía. Un inesperado giro sonoro más inclinado hacia ese lado sintético y electrónico del trío británico les coloca en el papel de los de arriba, para que visualicemos al enemigo y le veamos las intenciones: "Stay loyal to us, we'll take away the hurt, we have what you need, just reach out and touch: We can save you" cantan desde un prisma de charlatanería infame para Compliance.
Y por si ese arranque de sonidos adversos y contrapechados no nos ha confundido lo suficiente, Muse romperán la baraja de la cohesión en más ocasiones, entregándonos pistas que tan pronto mirarán con decoro y dignidad al metal más alternativo (Kill Or Be Killed), abogarán por sumirnos en sentidos y reflexivos pasajes más personales (Verona), coquetearán con el industrial más oscuro e inquietante (You Make Me Feel Like It's Halloween) o nos traerán sorpresivamente de vuelta a su periodo más primigenio (Won't Stand Down). Con todo, cuesta encarecidamente no darle el aprobado al proyecto de Bellamy y compañía, porque, sin demasiadas pretensiones (y muchas menos expectativas) logran cumplir con su cometido de engendrar un nuevo vástago que les coloque en el punto álgido de esta nueva ola de adult oriented rock, dirigiendo definitivamente su propuesta a un público cada vez más concreto y específico.
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