“El reciclaje de los plásticos flexibles es hoy en día un desafío, principalmente en la recolección” - País Circular

2022-09-09 13:17:48 By : Mr. LiTao Yang

Muchos de los envases de pan de molde, tallarines, servilletas, galletas, así como el embalaje de los packs de bebidas en latas son, por mencionar algunos ejemplos, plásticos flexibles de uso domiciliario. Se trata de un material cada vez más usado por la industria alimenticia a nivel mundial, altamente reciclable, pero escasamente reciclado, según explica la directora del Pacto chileno de los Plásticos, María Fernanda Valdivieso. Entre otros temas relacionados, la especialista explica en esta entrevista el proyecto piloto “Duro con el Flexible”, que busca recopilar información valiosa para gestionar de mejor manera este material en el futuro.

En Chile, se generan y consumen productos con envases flexibles equivalentes a 341.984 toneladas anuales, según datos entregados por el Pacto chileno de los Plásticos. De ese total, solo se recicla el 7,9%, que corresponde casi exclusivamente a envases flexibles de posconsumo industrial, mientras que todo el resto termina en rellenos sanitarios o en el medio ambiente. Por esto, recuperar y reciclar estos plásticos que constituyen la mayoría de los envases de alimentos a nivel domiciliario es un gran desafío. En este contexto, dicha iniciativa inició la campaña “Duro con el Flexible”, que consiste en separar y recolectar envases de plástico flexible a nivel comunal, luego clasificarlo y reciclarlo, según explica la directora del Pacto, María Fernanda Valdivieso.

–¿Cuáles son los envases flexibles de uso domiciliario, cuáles entran en esta definición y por qué son los más problemáticos?

Los envases plásticos flexibles corresponden a uno de los materiales más usados por la industria alimenticia para el envasado, representando casi la mitad de los empaques. Esto, porque sus características son apropiadas para la conservación de alimentos: son impermeables y tienen alta resistencia a la temperatura y a la corrosión de ácidos o alcalinos. Además, tienen bajo peso en relación a su superficie; su transporte es barato y eficiente, lo que se traduce en una huella medioambiental, en este ámbito, más baja en comparación a otras materialidades. Son versátiles para adaptarse a las particularidades de embalaje de distintos tipos de productos; y, por último, son reciclables, en la medida que sean diseñados y dispuestos correctamente.

Por todas estas características, son los tipos de plásticos con mayor crecimiento. En el mundo se producen cerca de 50 millones de toneladas de envases flexibles, lo que representa cerca de un 40% de todos los envases de plástico por peso. El problema es que, así como tienen características beneficiosas para la conservación de alimentos, son principalmente de un solo uso, es decir desechables, y muy pocos se reciclan.

-En Chile, ¿están incluidos en alguna normativa de reciclaje?, ¿cómo es en otros países?

Hasta el momento, no existe normativa específica para estos tipos de plásticos a nivel nacional. Es por eso que pilotos como el que estamos realizando a través de la campaña “Duro con el Flexible” nos entregarán información valiosa para gestionar de mejor manera este material en el futuro. Esta situación es similar en el resto del mundo, donde la gestión y posterior valorización de este tipo de envases es también compleja. Han surgido, sin embargo, iniciativas interesantes de las que tenemos mucho que aprender, como por ejemplo la de la Fundación Ellen MacArthur, que está liderando un proyecto que se centra en el desarrollo colaborativo de una hoja de ruta para envases flexibles de tamaño pequeño en una economía circular.

Cabe destacar que estos plásticos sí están incluidos en La Ley REP que está próxima a implementarse en Chile y que propone metas para el reciclaje de plásticos de forma global, es decir no diferencia por tipos de plásticos, y que se viene a hacer cargo de los envases y embalajes domiciliarios y no domiciliarios, para colectarlos de manera gradual. Entonces, con esta campaña “Duro con el Flexible” ayudamos a concientizar acerca de la importancia de generar hábitos, empezando a diferenciar entre distintos tipos de envases que tienen que ser separados porque son materiales con el potencial de ser reciclados.

-¿En qué consiste “Duro con el Flexible”, quienes participan en esta campaña?

Recientemente lanzamos la campaña “Duro con el Flexible” en la comuna de Lo Barnechea, y posteriormente vienen hitos en Ñuñoa y Colina. Esta campaña consiste en separar y colectar envases de plástico flexible a nivel comunal, luego clasificarlo y reciclarlo, para así, acercarnos a una gestión más sustentable. El llamado es a incorporar dos tipos de plásticos flexibles al contenedor de reciclaje, el PP5 flexible, y el PE4 flexible, que, si bien están en todas las despensas y son muy comunes, al principio cuesta reconocerlos. El PP5 flexible (polipropileno flexible) se encuentra en gran parte de envoltorios de tallarines, galletas, hamburguesas, helados, cereales, caramelos, entre otros, y generalmente vienen etiquetados con el número 5. El PE4 flexible (polietileno de baja densidad) se encuentra generalmente en envases de pan de molde, papel higiénico, absorbente y servilletas, pañales, arroz, detergente en polvo, verduras congeladas, embalajes de packs de botellas y latas, bolsas de basura, entre otros. En ocasiones vienen etiquetados con el número 4. Una vez separados y clasificados, los plásticos flexibles serán valorizados para ser reaprovechados como materia prima para la fabricación de nuevos productos, cerrando el círculo de la economía circular. Además de las comunas con las que estamos trabajando, participan la mayoría de nuestros socios del Pacto, como lo son productores de alimentos con envases de estas características, o valorizadores que reciclan este material.

“El llamado es a incorporar dos tipos de plásticos flexibles al contenedor de reciclaje, el PP5 flexible, y el PE4 flexible, que, si bien están en todas las despensas y son muy comunes, al principio cuesta reconocerlos”.

-¿Existe en Chile capacidad instalada para su reciclaje, y/o para el uso de ese material reciclado?

A diferencia de otros tipos de plásticos, los plásticos flexibles domiciliarios no tienen una recolección de manera continua, lo que hace que su potencial de reciclabilidad sea puesto en duda, cuando en la práctica son técnicamente reciclables. Dado que actualmente la infraestructura de recolección de este material es limitada, en el año 2021, se realizó un primer piloto enfocado en habilitar bocas para la recolección de estos tipos de plásticos en puntos limpios, y en esta oportunidad, desde el Pacto chileno de los Plásticos nos estamos centrando en la recolección puerta a puerta para pilotear su adecuada gestión y posterior valorización.

Entendemos que el reciclaje de los plásticos flexibles es hoy en día un desafío, principalmente en la recolección, es aquí donde existen mayores dificultades para poder avanzar a las demás etapas para su valorización, y así lograr la circularidad de este material. Por eso es tan importante que los consumidores reconozcan, y luego coloquen estos envases limpios en el contenedor de reciclaje.

Para este piloto, tras ser colectado y clasificado, el PP5 flexible es valorizado por Empresas Garibaldi y transformado en zuncho, cinta utilizada para embalar todo tipo de cajas y paquetes para diversas industrias, como por ejemplo la agrícola. El PE4, por su parte, es valorizado por Cambiaso, y usado para la fabricación de bolsas de basura.

-¿Tienen cifras de la cantidad de toneladas de este material que se botan y que se podrían reciclar?

En Chile, se generan y consumen productos con envases flexibles equivalentes a 341.984 toneladas anuales. De esas, solo se reciclan 27.000 toneladas anuales, lo que corresponde al 7,9%. Todo lo demás termina en sitios de disposición final, o en el medioambiente, porque el plástico flexible es un material de fácil filtración. Las cifras anteriormente mencionadas en cuanto a este tipo de material efectivamente reciclado, corresponden casi exclusivamente a envases flexibles de posconsumo industrial, es decir los descartes de procesos industriales y no al posconsumo domiciliario. Es por eso que, si queremos potenciar la circularidad de estos envases, es necesario enfocarnos en informar correctamente a la ciudadanía con el objetivo de concientizar, a modo de que consumidores incorporen este material en el contenedor de reciclaje adecuado y de esta forma lograr su correcta separación en origen. De eso se trata la campaña “Duro con el Flexible”.

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